Estación de LegazpiX // Correspondencia con la verdad // Miguel López de Legazpi
Nacido en Zumárraga, Gipuzkoa, dentro de una distinguida familia rica, Miguel fue escribano en Arería, municipio donde su padre, el militar Juan de Legazpi, era alcalde.
El panel didáctico del Metro de Madrid (Línea 3, línea amarilla, parada de metro Legazpi) anuncia que el papá del chico internó a su hijo en los poderes político-económicos de la época.
Puro nepotismo, que en lugar de cuestionarse, es legitimado como una forma de hacer patria, hacer nación y construir reino en España.
¿Nos suena? “El tipo sintió que triunfaba”.
Sin derecho a herencia por ser el segundo hijo, este pijo vasco decide “hacer las Américas” justo después de que su amigo –el inquisidor y asesino de mujeres “brujas” Juan de Zumárraga– sea nombrado obispo de Nueva España y protector de yndios.
En 1528 Miguel cruza el charco.
Entramos de lleno en el DISPOSITIVO COLONIAL ESPAÑOL.
En México Miguel ejerce oficios burocráticos y se casa con Isabel Garcés, con la que tiene oficialmente nueve hijos. Sus nietos participarán en la colonización de Filipinas.
Sus atrocidades contra pueblos originarios y su participación en la Santa Inquisición como secretario de tribunal entre 1536 y 1543 (p.ej. procesos contra los cacicazgos de Tenhuitlán y Teutalco, acusados de practicar “ceremonias de sacrificio a los ídolos del monte de Tonaltepeque”) son premiadas con tierras, un alto cargo en la Casa de la Moneda y con la propia alcaldía de la ciudad de México.
En 1564 Legazpi (que ya tiene casi 60 años y no es marino) y su tío Andrés de Urdaneta se ponen al frente de la “expedición” hacia las Yslas del Poniente.
El virrey Velasco ha muerto y el gobierno colono está a cargo de la Audiencia, que se salta la demarcación portuguesa acordada en el Tratado de Zaragoza (1529). Portugal acumula también trayectoria colona y violenta en esta región.
España y Portugal ya habían “explorado” este archipiélago con Magallanes y El Cano, y también de la mano sangrienta del malagueño Ruy López de Villalobos (1542-1544), que “bautizó” el territorio como Yslas Filipinas en honor a rey español.
Los barcos españoles, con Legazpi y Urdaneta al mando, en lugar de Nueva Guinea (Australia), llegan a “las yslas de las especias” entre 1564 y 1565.
Legazpi se queda en el archipiélago asiático para “defender lo conquistado”. En total, 7.107 islas llamadas Guam, Leyte, Bohol, Samar, Limasawa, Panay, Mindanao, Andamán, Nicobar, Camiguín, Luzón, Cebú… Los más de 30 pueblos nativos (hoy más de 175 grupos etnolingüísticos) intentaron resistir, pero fueron torturados, aniquilados y obligados a ceder sus tierras a España.
El pueblo tagalo terminó por entregar la ciudad Maynila, que Legazpi llamará en 1571 Manila cabeza de la Nueva Castilla. La capital de los “dominios” españoles en Asia es transformada en una ciudad intramuros y otra ciudad extramuros a la que es desplazada la población indígena superviviente.
Legazpi reproduce en el sudeste asiático el modelo de colonización de América, a base de conceder “encomiendas” a los colonizadores. Los agustinos evangelizan mientras los comerciantes expolian.
Una de las muchas consecuencias de las “aventuras” de Legazpi y Urdaneta en Filipinas fue el trazado de la ruta por el Pacífico, Manila-Acapulco-Manila, línea comercial de extractivismo de materias primas que funcionó durante dos siglos y medio. Las mercancías eran transportadas por tierra de Acapulco a Veracruz, donde se embarcaban en las Flotas de Yndias rumbo a España.
La opresión española se perpetuará en el archipiélago del Pacífico durante más de 300 años. Legazpi morirá de un infarto en 1572.
En 2015 el Metro de Madrid hizo un convenio con la Real Academia de la Historia para difundir la figura de 54 personajes históricos (50 hombres y 4 mujeres) que dan nombre a las estaciones de la red y en las cuales se instalaron paneles informativos.
La función: transmitir la figura heróica de alguien y escribir la Historia. Pero ¿qué nos transmite este nombre?
Quizás Legazpi no sea tan conocido como otros conquistadores españoles de los siglos XV y XVI, genocidas leídos como héroes, estilo Colón, Cortés, Pizarro o Núñez de Balboa, pero sus atrocidades contra los pueblos originarios no son menores.
¿Ésta es la función de un héroe?